Haber abierto los ojos en el momento adecuado, ni un segundo antes, ni uno después, mientras el cielo se cae a trosos y la gente no sabe que hacer, observar, admirar, desear...si, eso, desear un efimero momento de felicidad, a una estrella fugaz, fugaz e intenso como un amor de verano.
Que mi corazón empezara a latir en el mismo momento en el que las estrellas tropezaran de aquel baile que habían formado, acompañado de la suave melodia que forma el viento, y el frío de invierno. Ser como ellas al cometer errores, como una estrella que cae, y es admirada...pero yo no necesito admiradores, yo sólo necesito a las estrellas, estrellas que siempre esten ahí, a las cuales no pueda decepcionar, estrellas que me sonrian como nadie nunca lo hará.
~B.R~